Hoy voy a hablar de cosas íntimas,
¡Qué duro es trabajar! Sobre todo cuando te acuestas tarde la noche antes. Ayer me costó dormir, no hacía más que dar vueltas. Me molestaba la rojez de mi calva, que produjo el paseo por el rastro dominguero, el calor en aumento y la siesta del mediodía.
Faltando unas tres horas para despertar, al fin, logré conquistar un pedacito de sueño.
En el trabajo, menos mal, la persona a la que debía sustituir regresó de sus vacaciones, levemente oscurecida. Gracias a ello me dediqué a no hacer nada en gran parte de la mañana. Pero alguien se dió cuenta de que no estaba haciendo nada, y me invitaron a hacer un estudio "topológico de las características de la red para evitar posibles faltas y reducir los tiempos".
Me dormía miserablemente, y gracias a ello, no sé porque, me ha pasado ya en más de una ocasión, una parte de mi cuerpo, en vez de relajarse, en vez de acompañar al temblar de mis ojos , osó levantarse. Estaba teniendo, voy a decirlo con delicadeza, una erección. ¡¡¡JODER ESTABA TODO EMPALMADO VIENDO DIBUJOS ESQUEMÁTICOS Y CON UN TÍO SENTADO A MI LADO HABLÁNDOME DE AMPERIOS, MEGAWATIOS Y COSAS ASÍ!!!
Lo peor de todo es que no había forma de hacerlo bajar, esperé un buen rato. Y nada. Cansado ya de esperar, estar así durante tanto tiempo no puede ser bueno, cogí todas las fuerzas que me fueron posibles y me dirigí al baño de caballeros con las manos en los bolsillos. Bastante humillante.
Ya en el lavabo, conseguí, no sin esfuerzo, que la cosa se calmara. Y que nadie piense en la masturbación, que no, que en ese baño sería imposible, imaginaos a vosotros mismo masturbándoos en el servicio de la empresa donde trabajáis. Imposible.
Hoy castigado sin siesta, que tengo que dormir bien, para no pasar apuros en el trabajo.