La situación comienza en el CC Luz del Tajo, en Toledo. Existe un stand donde unas amables señoritas intentan vender, a todo bicho viviente, unos productos de belleza, cremas y demás artilugios. Me pillan por banda, y como no sé decir que no, pues experimentan en mi cuerpo con los potingues.
- Amable vendedora: Señor, señor (ya empezamos mal). - Yo: (Pienso para mí) Vista al frente, ni puto caso, yo no soy un señor.
- A.V.: Señor, señor (ha llegado corriendo hasta mi altura y alcanza a tocarme en el hombro). - Y: ¿Sí? dime.
- A.V.: Es que tenemos aquí unos productos que le pueden interesaar. - Yo: No, no quiero nada, y tengo prisa (y además es cierto).
- A.V.: Sí, hombre mire, fíjese, tiene una cosa ahí en las cejas. - Yo: Coño, pues es verdad (de vez en cuando me salen 'cosas' en las cejas).
- A.V.: Mire, tengo aquí un potingue que le viene de perlas, esto se lo tiene que echar (ya soy suyo) dos veces por semana antes (o era después?) de la ducha. Y le va a ir maravilloso. - Yo: No si ya me echo algo (que además me recetó el dermatólogo).
- A.V: ¿Y tiene siempre esa barba? (ya me está embadurnando las cejas con una cosa oscura).
- Yo: Sí.
- A.V.: ¿Por qué? ¿Para estar más sexy? Debería recortársela un poco. ¿Y tiene mujer? - Yo: No.
-A.V.: ¿Y novia? - Yo: No.
- A.V.: ¿Y tienes hijos? (de paso ya me estaba embadurnando las muñecas con una cosa que servía para no sé qué).
- Yo: No.
- A.V.: ¿Y por qué no? si tú eres muy guapo (no es que me considere feo, pero para ella era cualquier cosa por vender).
- Yo: Pues no lo sé, las mujeres sois raras, ¿Quieres tener un hijo conmigo?
-A.V.: (Silencio, silencio)
- Yo: (Y en mi boca una sonrisa de victoria).
- A.V.: No, no sé (mientras, me limpia el potingue que me había colocado)
. Mira ahora está mucho mejor. - Yo: (algo había mejorado, pero no sé) La verdad es que no me convence.
- A.V.: Pero si estás mucho mejor, mírate en el espejo. - Yo: No, no me convence.
- A.V.: Si es muy bueno tienes que ponértelo después de la ducha (o era antes?)
y dejarlo secar, ya verás como te va a ir muy bien. - Yo: No, lo siento no me convence.
- A.V.: Bueno, pues nada, gracias por pararte y hasta otra. - Yo: Que se le va a hacer. ¿Cuál era tu nombre?
- A.V.: (ya se me ha olvidado). - Yo: Hasta luego, (ya se me ha olvidado).
En realidad la conversación fue algo más larga, pero esto fue lo más relevante de lo que hablamos.