El Rey no me cae simpático

De hecho me cae bastante mal, y lo mejor de todo, se lo hice saber, que no todo el mundo tiene esa oportunidad.

En mi primera etapa en Madrid, la gran empresa para la que trabajaba (como externo, aunque posteriormente me contratarían en condiciones), celebró su 20º aniversario. Veinte años que celebraron con una fiesta para los empleados y a la que, casualmente, también invitaron a los colaboradores (que así nos llamaban a los externos).

A eso de las 12:00 llegó, le enseñaron las instalaciones, y a las 13:00 ó 13:30 empezó el coctel (que conste que hasta esa hora estuvimos trabajando). Como era invierno y hacía bastante frío habilitaron una carpa en el patio de la empresa. Se llenó enseguida, y al poco apareció el Rey. Le hicieron un pasillo en medio del tumulto y comenzó a saludar a los que tenía más a mano.
Pues da la casualidad de que ese pasillo se formó justo donde yo estaba, y el tipejo ese pasó a medio metro de mí. Saludaba a todo el mundo, había manos por todos los lados (joder ni que fuera Jesucristo).

Cuando llegó a mi altura, lo ví. Algo más alto que yo, caminaba muy raro como cojeando, y con muchísima dificultad. Estaba completamente rojo, parecía que le quedaran dos telediarios (pero no).

Yo no hice ningún ademán de saludar, y fue como si le extrañara, por un instante se me quedó mirando, nos miramos. Le enseñé que no me gustaba y se fue a seguir con su mini baño de masas.


Ayer viendo el partido de la selección, apareció y me acordé esto. Que ascazo de persona.

Si alguien no lo sabe, que lo dudo, externo = subcontratado.